La generación del 98 es el nombre con el que se ha reunido tradicionalmente a un grupo de escritores, ensayistas y poetas españoles que se vieron profundamente afectados por la crisis moral, política y social desencadenada en España por la derrota militar en la guerra hispano-estadounidense y la consiguiente pérdida de Puerto Rico, Guam, Cuba y Filipinas en 1898.
El nombre fue acuñado por José Martínez Ruiz (comúnmente conocido como "Azorín") en sus ensayos de 1913 titulados "La generación de 1898.
Los intelectuales de este grupo son conocidos por sus críticas al mundo literario y educativo español, al que consideraban conformista, ignorante y carente de espíritu. Sus críticas estaban estrechamente relacionadas con la aversión del grupo hacia el movimiento de Restauración que se desarrollaba en el Gobierno español.
Características de la Generación del 98
La Generación del 98 presentó las siguientes características principales:
- Agrupó a diversos escritores y pensadores nacidos entre 1864 y 1876, de tendencias y provenientes disímiles, pero con un diagnóstico similar de España: que existía una real y miserable, y una oficial pero ficticia.
- Solían encontrarse en bares y cafés, para debatir y dialogar; mientras que sus obras se publicaron generalmente en revistas de vida corta.
- Revalorizaron el paisaje castellano abandonado y polvoriento, y resucitan géneros tradicionales como el romancero.
- Abrazan la experimentación y la renovación de los géneros literarios, tratando de romper los moldes de lo tradicional. Además, rechazan la estética realista y procuran un lenguaje impresionista, cercano al habla callejera.
- Comparten una visión pesimista y crítica respecto de España, e intentaron adaptar a lo local las visiones filosóficas de Nietzsche, Schopenhauer, Kierkegaard y Bergson.
- Abrazan la subjetividad como valor máximo del artista.
Proverbios y cantares (XXIX) - Antonio Machado
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
La saeta
Dijo una voz popular:
«Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?»
Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos
siempre con sangre en las manos
siempre por desenclavar.
Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz.
Cantar de la tierra mía
que echa flores
al Jesús de la agonía
y es la fe de mis mayores
!Oh, no eres tú mi cantar
no puedo cantar, ni quiero
a este Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar!



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